Se me ha atrasado muchísimo esta entrada y el motivo principal son los estudios, tengo demasiados y prefiero centrarme en ello ya que es lo más importante, pero ya tocaba entrada así que allá vamos.
El tema de edición es muy difícil de tratar ya sea desde
fuera como desde dentro. Yo en esta entrada voy a intentar abordar los dos
temas, y podéis sacar vuestras propias conclusiones. Antes de empezar quiero
recalcar que es mi opinión personal, no porque lo diga yo tienen que hacerlo
los demás porque cada uno tiene su forma de editar. Pues bien, empecemos.
Hay muchísimos programas de edición, ya sea desde páginas de
internet que aplican efectos a las fotos o los más laboriosos como en este caso
Photoshop. Yo, como fotógrafa no voy a negar usarlo, ya que es una herramienta
que aunque puedo prescindir de ella, hago uso de esta. Como fotógrafa es
necesario darle el toque final a la fotografía, y por tanto, es esta
herramienta la que gasto para dárselo. Y
ahora me diréis, ¿y qué haces con él? Pues bien, simplemente lo uso para
retocar alguna macha del sensor (que por el momento no tengo y espero no tener
nunca), corregir la aberración cromática si en el revelado no se ha corregido
(esto os lo podré explicar en otra entrada) o perfeccionar la cara de las
personas entre muchas otras cosas. Y este último es el ‘booom’ que todo el
mundo espera del que luego hablaré de como se ve por fuera.
Para mí, perfeccionar una cara no es quitarle a esa persona
20 años ni hacer parecer que ha estado un mes en la playa, es simplemente, quitar algunos errores. Por ejemplo, darle
brillo y profundidad a los ojos, quitar algunos granos (no todos) o suavizar un
poco la piel. Y esto no es lo que se espera la gente que te ve con una cámara.
La gente cuando piensa en fotógrafo piensa en que esa misma
persona le va a quitar todas las arrugas de la cara, le va a quitar todos los
quilos que le sobran, le va a cambiar el color de ojos y pelo, le hará más alto
y estilizado, y como resultado, no parecerá esa persona. Y no me extraña este
pensamiento después de ver este video.
Muchas personas a las que les he hecho fotografías me han
dicho ‘Luego me vas a ‘Photoshopear’ ¿no?’ A lo que es evidente que les he
respondido que sí, pero que no les iba a hacer ni más guapas ni más delgadas,
simplemente corregir ciertas cosas y punto. Muchos de ellos se han quedado
asombrados con mi contestación, pero yo soy fotógrafa, no cirujana. Si quieres verte mejor, no lo hagas a través
de una fotografía, ves cambiando a través del espejo y así sabrás que eres tú
en la actualidad y no en una fotografía con demasiados retoques.
¿La conclusión de esta entrada? Que cada persona tiene que
ser como es y si quieres cambiar tienes que hacerlo frente a ti y no mediante
un fotógrafo por muy bien que te sientas en ese momento, cuando te mires al
espejo vas a ser la misma de antes. Y por último, tener confianza en vosotros
mismos y que no os de miedo posar ante la cámara, por muy gorda o flaca que
estés, aunque no lo vaya a corregir, seguro que sacas lo mejor de ti y después de
ver los resultados tienes un poquito más de confianza en sí mismo.
Espero que os haya gustado esta entrada, creo que no me podría
haber expresado mejor. Y si tenéis alguna duda o critica no dudéis decírmelo
por un comentario o a través de mis redes sociales. Y no os olvideis de votar en al encuesta. ¡Un abrazo!