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martes, 9 de septiembre de 2014

Noticia: Papá, Mamá, quiero ser fotógrafa.


Todo empezó en 2012, cuando estaba en 4º de la ESO. Desde el principio de este curso tenía bien claro lo que iba a estudiar al acabar, pero cuándo llegó Enero mis ideas se fueron y me quedé en blanco. Podría haber elegido desde siempre seguir haciendo lo que yo quería, es decir, Magisterio; pero algo me cambió de opinión.
A principios de Diciembre nos hicieron un ‘test’ para saber qué cosas se nos darían bien y que otras no. En este test intenté responder lo más sincera sin basarme en qué quería estudiar, ya que me iba a abrir muchas puertas, o eso pensaba. Mi asombro fue cuando mis profesores quisieron hablar conmigo y me dijeron que si había respondido correctamente y sin basarme en nada a lo que les conteste que sí. Me comentaron los resultados y para mi asombro, magisterio se quedaba en un segundo plano y arte era el primero. Yo me quedé alucinada, ¿desde bien pequeña quería ser profesora y ahora me decían que el arte era lo mío? Me costó asimilarlo, incluso practique a dibujar a ver si de verdad se me daba bien, pero fue inútil. No sabía dibujar ni mucho menos me interesaba todo aquello. ¿Acaso mis profesores estaban locos? Pensé en volver a hacer el test pero seguro que esta vez no sería del todo sincera. Hablé con mis profesores y les comenté que me explicaran que ramas había para estudiar arte. Me comentaron que podía hacer bachiller artístico, pero me negué rotundamente ya que lo mío no era el dibujo. También me dijeron que había distintos módulos, y que algunos de ellos tenían relación. Me centré en uno y estuve investigando en él unos 3 meses.
Llegó Mayo y con ello las matrículas para el nuevo curso. Estaba insegura y no sabía ni que estudiar así que hablé con mi madre y le conté el problema. A ella no le gustó para nada, pensaba que iba a desaprovechar todo y que al final no haría nada. Le dije que me interesaba mucho más el modulo y que no quería quedarme con las ganas de probarlo, ya que bachiller siempre lo podría hacer cuando quisiese. No lo acepto muy bien, pero decidió darme una oportunidad y hacer la matrícula para el módulo. Y ahora os preguntaréis, ¿qué modulo era? La rama del módulo se llama ‘Imagen y Sonido’ y el módulo, ‘Laboratorio de imagen’, Todo iba genial cuando me enteré que en mi ciudad solo había un instituto que hacía ese módulo, tuve la esperanza de que me cogieran pero no fue así. Me llevé mi primera decepción y aún no había ni empezado a estudiar. Me volví negativa y pesimista, ya que de verdad me empezó a interesar. Mi madre se dio cuenta de que quería estudiar eso y que había decaído desde aquel momento.
Me tiré todo el verano buscando alguna solución, intentando subir nota para entrar, intentando hacer exámenes, no sé, algo que me dejase las puertas abiertas para poder entrar pero tampoco encontré nada. Hasta que un día mi madre me dijo que había encontrado una solución: una academia privada. No me gustó la idea de tener que pagar por estudiar lo que yo quería, pero nos dieron información y la verdad es que me encantaba ese curso. Así que, el día siguiente me inscribí y empecé las clases en Octubre. A día de hoy, ya he hecho el primer año y con bastantes obstáculos, pero poco a poco todo se puede sacar. Y ahora mismo, mi madre se da cuenta de que he hecho lo correcto y está orgullosa enseñando mis fotografías a los conocidos.

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